Una biblioteca familiar no tiene que ser ni sofisticada ni cara para proporcionarnos placer a la hora de leer. Para capturar la imaginación de nuestros niños no son necesarios libros costosos o elaborados. Para construir una biblioteca de la familia se necesita tiempo y espacio. Tiempo para escoger material que realmente sea del interés de todos los miembros de la familia y espacio para guardar y disfrutar los libros.
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